A Ricardo, a su memoria.
Dedicatoria
A Ricardo, a su memoria.
" la sangre es el semen perdido/
el semen la sangre destilada"....
Ricardo Mosquera Eastman
" la sangre es el semen perdido/
el semen la sangre destilada"....
Ricardo Mosquera Eastman
James Marsden como el pan y el vino
Tú me mueves,
tú me levantas,
tú me vuelves ingrávido a las hierbas,
tú me devuelves dinastías antiguas,
- realezas dormidas -,
tú, James Marsden,
surgido de las áureas regiones
rasgas mi corazón
y lo abres a los espacios
cósmicos de los antiguos
mitos, a los cetros de
diamantes y el oro del Paytity,
tú, hermoso como el sol
de Chichén Itzá,
- eternamente joven
como el sonido del agua
sobre la piedra...
tú, ojo del omnisciente,
centro del Universo,
pones alas a mi corazón
sexo al habla de mi boca,
y miel a mi frente.
Deste modo el mundo ya no es solo mundo
sino diamante de infinitos caras
y un solo centro,
y tú el centro sin centro
de la cósmica fuerza
que ahora mismo hace girar
mis manos en torno de tu nombre,
y me devuelves al sagrado fuego
de la libertad que me hace verdadero
y de la verdad que me hace libre
para el ser y la desposesión de todo,
entre los brazos del amado.
James, perfecto, adorado
como el Edén perdido,
laberintos de Dédalus,
tu cuerpo – templo para mil sacrificios -
en aras de la aurora está a la mano
ahora como la recobrada vid
en sangre, semen , vino,
y este recuperado sentido de la tierra .
tú me levantas,
tú me vuelves ingrávido a las hierbas,
tú me devuelves dinastías antiguas,
- realezas dormidas -,
tú, James Marsden,
surgido de las áureas regiones
rasgas mi corazón
y lo abres a los espacios
cósmicos de los antiguos
mitos, a los cetros de
diamantes y el oro del Paytity,
tú, hermoso como el sol
de Chichén Itzá,
- eternamente joven
como el sonido del agua
sobre la piedra...
tú, ojo del omnisciente,
centro del Universo,
pones alas a mi corazón
sexo al habla de mi boca,
y miel a mi frente.
Deste modo el mundo ya no es solo mundo
sino diamante de infinitos caras
y un solo centro,
y tú el centro sin centro
de la cósmica fuerza
que ahora mismo hace girar
mis manos en torno de tu nombre,
y me devuelves al sagrado fuego
de la libertad que me hace verdadero
y de la verdad que me hace libre
para el ser y la desposesión de todo,
entre los brazos del amado.
James, perfecto, adorado
como el Edén perdido,
laberintos de Dédalus,
tu cuerpo – templo para mil sacrificios -
en aras de la aurora está a la mano
ahora como la recobrada vid
en sangre, semen , vino,
y este recuperado sentido de la tierra .
Memorias
A mi hermano
Raúl Antonio y mi madre
Marina Concepción Bofill
Las sombras del pasado se avecinan.
Vienen a mí. Me inquieren,
vadean fuentes de luz de la memoria
que ilumina todo camino abriéndolo
al azur. Las sombras son las aves
del pasado. Las aves que en invierno
migran a la morada del origen.
Y aquí en mi corazón hacen su nido
fantasmas invisibles que se adelantan
a los pasos que siembran los caminos.
¿Somos la sombra de otra sombra
que aguarda por una luz hoy extinguida?
Voy a trazar los sueños de mis sombras
entre palmas y aguas del estío.
Yo soy la sombra. Mi cuerpo es la guarida
donde la historia se gestara un día.
Las sombras adelante bordeando
las sombras. Y en la aguada un caballo
solo y triste.
Raúl Antonio y mi madre
Marina Concepción Bofill
Las sombras del pasado se avecinan.
Vienen a mí. Me inquieren,
vadean fuentes de luz de la memoria
que ilumina todo camino abriéndolo
al azur. Las sombras son las aves
del pasado. Las aves que en invierno
migran a la morada del origen.
Y aquí en mi corazón hacen su nido
fantasmas invisibles que se adelantan
a los pasos que siembran los caminos.
¿Somos la sombra de otra sombra
que aguarda por una luz hoy extinguida?
Voy a trazar los sueños de mis sombras
entre palmas y aguas del estío.
Yo soy la sombra. Mi cuerpo es la guarida
donde la historia se gestara un día.
Las sombras adelante bordeando
las sombras. Y en la aguada un caballo
solo y triste.
Guillermo y Eloísa
La suerte perra me amorata un ojo.
La pierna izquierda se adelanta sola.
Y ciego y cojo con muletas ando
perseguido por cuervos y caranchos.
No obtendrán mi osamenta todavía.
No arrastro a nadie en mi camino yermo.
No pido salvación, ostias ni ungüentos
si en mi sangre se gozan crueles tábanos.
Poco a poco me quemaré en mi propia hoguera
y de mis huesos quedaran cenizas
que heredarán Guillermo y Eloísa.
Esa es toda mi herencia. Y de mis sueños
volará hacia el azul la borboleta
que imaginara en un jardín a solas.
(A Guillermo Ignacio Portela
y Eloisa Jantus de Portela)
La pierna izquierda se adelanta sola.
Y ciego y cojo con muletas ando
perseguido por cuervos y caranchos.
No obtendrán mi osamenta todavía.
No arrastro a nadie en mi camino yermo.
No pido salvación, ostias ni ungüentos
si en mi sangre se gozan crueles tábanos.
Poco a poco me quemaré en mi propia hoguera
y de mis huesos quedaran cenizas
que heredarán Guillermo y Eloísa.
Esa es toda mi herencia. Y de mis sueños
volará hacia el azul la borboleta
que imaginara en un jardín a solas.
(A Guillermo Ignacio Portela
y Eloisa Jantus de Portela)
El pequeño Tommy
Tu ingle es un recodo donde se escucha trinos de jilgueros y alondras,
esquiva curva que conduce al goce y el deleite Tommy y tus muslos son arcos de
Corintios acodos hasta los pies que vuelan.
Llano es el tórax que portentoso luces
y poderosos brazos, ah tu el privilegiado,
de Olimpia el reservado que supera en belleza
a todos los titanes que parodian la danza
del mundo que nos hiere.
II
Para ti Tommy, los mirtos y los encantos de sirena.
Para ti Olimpia y los laúdes y los besos. Por ti liban
abejas del estío. Para ti pequeño astro todo el amor del sol
mediterráneo y la “paloma y el leopardo” y el blanco lino y las
puestas de sol donde tu rostro bello se vuelve pensativo.¿Tu miras hacia dentro
y que ves?.¿Que remotas imágenes acuden a tu cuerpo cuando la crispación
se va y vuela el tenso músculo del alma?¿Vez acaso las lámparas votivas y los Dioses
volados acudir a tu boca de niño y de poeta? Contigo se despiertan Españas
donde se oculta Grecia en Cataluña. Niño hecho de miel y almíbar.
Niño donde el poeta depone el arpa y la osadía y osa dormir el sueño de los justos
pues tu belleza inmaculada insiste y en blanco y azur cobra sus formas.
Ah si las manos del mortal redimirse pudieran en instantes en el cuerpo del elegido
de los Dioses. Ríos que van al mar son las tus venas y tus ojos
reflejan los hechizos de los lejanos astros y el pliegue donde consuma el arte
un plan divino donde tu das el polen de lo eterno.
Dulce niño en cuya ingle cantan los jilgueros.
Tus finas manos de alabastro. Tu tersa piel quemada por los soles
son la esencia del canto del rapsoda y en la música de tu cintura gira
el mundo todo y beben de tu abdomen los licores que retornan el fauno
y el sileno y se abre el poema en tus misterios, pequeño.
Es tu poeta soporte de memorias y el olvido que guarda y que revela.
esquiva curva que conduce al goce y el deleite Tommy y tus muslos son arcos de
Corintios acodos hasta los pies que vuelan.
Llano es el tórax que portentoso luces
y poderosos brazos, ah tu el privilegiado,
de Olimpia el reservado que supera en belleza
a todos los titanes que parodian la danza
del mundo que nos hiere.
II
Para ti Tommy, los mirtos y los encantos de sirena.
Para ti Olimpia y los laúdes y los besos. Por ti liban
abejas del estío. Para ti pequeño astro todo el amor del sol
mediterráneo y la “paloma y el leopardo” y el blanco lino y las
puestas de sol donde tu rostro bello se vuelve pensativo.¿Tu miras hacia dentro
y que ves?.¿Que remotas imágenes acuden a tu cuerpo cuando la crispación
se va y vuela el tenso músculo del alma?¿Vez acaso las lámparas votivas y los Dioses
volados acudir a tu boca de niño y de poeta? Contigo se despiertan Españas
donde se oculta Grecia en Cataluña. Niño hecho de miel y almíbar.
Niño donde el poeta depone el arpa y la osadía y osa dormir el sueño de los justos
pues tu belleza inmaculada insiste y en blanco y azur cobra sus formas.
Ah si las manos del mortal redimirse pudieran en instantes en el cuerpo del elegido
de los Dioses. Ríos que van al mar son las tus venas y tus ojos
reflejan los hechizos de los lejanos astros y el pliegue donde consuma el arte
un plan divino donde tu das el polen de lo eterno.
Dulce niño en cuya ingle cantan los jilgueros.
Tus finas manos de alabastro. Tu tersa piel quemada por los soles
son la esencia del canto del rapsoda y en la música de tu cintura gira
el mundo todo y beben de tu abdomen los licores que retornan el fauno
y el sileno y se abre el poema en tus misterios, pequeño.
Es tu poeta soporte de memorias y el olvido que guarda y que revela.
Vinicius Postiglione y Teseo
Vinicius. Tú sobrepasas infinitamente
las medidas. ¡Lucido en sueños!
¡Soñando en las vigilias!
¿Dónde está lo real sino en la carne
que un tiempo ignaro mancillará algún día?.
Pero los Dioses como tú que
osan darnos refugio no perecen.
Y metamorfoseados vuelven
para ser la morada del deseo.
Así Vinicius Postiglione
como un nuevo Teseo nos salvas
de toda oscuridad y de lo informe.
Amo tu cuerpo todo,
tus exactas medidas,
pues eres templo y Dios,
y entre los dedos
de esos tus pies perfectos,
buscan mis labios ávidos,
el verbo que declina en Occidente,
Y en tu sexo de buitre y de paloma,
escancio los espacios y las horas
desta vida terrena.
Así busco esa perdida luna entre las
nacaradas uñas de tus dedos,
y me extravío en tu desnudo torso
donde navegan todas mis trirremes.
¡Ah, sin un día descansar pudiera
sobre tus muslos dorados y perfectos!.
Y tus manos de Dios en mi cabeza,
permitieran libar en la osadía
de la dulce ambrosía que solo tú posees
y que sello de eternidad lleva consigo
entre tus torneadas piernas.
¡Oh Dios tan joven y perfecto,
que sin mácula convives con las horas
de la tierra renovada en tu ojos donde
esplenden los soles de otras vidas
más altas y potentes!.
Vinicius Postiglione en el Olimpo
coronado de mirtos nos contempla.
Otro Olimpo dorado entre sus manos
como estrella de Oriente nos florece.
las medidas. ¡Lucido en sueños!
¡Soñando en las vigilias!
¿Dónde está lo real sino en la carne
que un tiempo ignaro mancillará algún día?.
Pero los Dioses como tú que
osan darnos refugio no perecen.
Y metamorfoseados vuelven
para ser la morada del deseo.
Así Vinicius Postiglione
como un nuevo Teseo nos salvas
de toda oscuridad y de lo informe.
Amo tu cuerpo todo,
tus exactas medidas,
pues eres templo y Dios,
y entre los dedos
de esos tus pies perfectos,
buscan mis labios ávidos,
el verbo que declina en Occidente,
Y en tu sexo de buitre y de paloma,
escancio los espacios y las horas
desta vida terrena.
Así busco esa perdida luna entre las
nacaradas uñas de tus dedos,
y me extravío en tu desnudo torso
donde navegan todas mis trirremes.
¡Ah, sin un día descansar pudiera
sobre tus muslos dorados y perfectos!.
Y tus manos de Dios en mi cabeza,
permitieran libar en la osadía
de la dulce ambrosía que solo tú posees
y que sello de eternidad lleva consigo
entre tus torneadas piernas.
¡Oh Dios tan joven y perfecto,
que sin mácula convives con las horas
de la tierra renovada en tu ojos donde
esplenden los soles de otras vidas
más altas y potentes!.
Vinicius Postiglione en el Olimpo
coronado de mirtos nos contempla.
Otro Olimpo dorado entre sus manos
como estrella de Oriente nos florece.
Narcissus
A Rafael Lazzini
Ya se nublan mis ojos donde antaño
florecían los dátiles silvestres y se abrían
las bayas o la entera floresta era la voz
secreta y silenciada de zafiros que brillan en el cielo.
Todo ha pasado ya. Ya todo está enterrado conmigo.
Soy sombra de mi sombra. Un caminante extraño
y un mendigo. Mas todo reunido en la memoria
"habla en voz baja y en secreto". Hay un zureo en
mí - digo presagios -, hago caer las lluvias,
y en esta noche clara donde mi ojos claman
por la luz arde el deseo.
¿Adónde el diamantino espejo, adónde?
Así hablaba callando cuando me vi en tus ojos
raudamente y en tu sonrisa sentí virar mi alma
como torna hacia aquellos espacios siempre abiertos.
Era yo el que miraba y a mí mismo veía en los tus ojos
calmos lagos y en tu sonrisa me vi otra vez, adolecido
de amor, desfalleciendo quedamente. ¿Cómo perderme ya
si de tus ojos mana mi imagen claramente? Eso es todo Rafael.
Jamás nadie en mundo, atónito volvió a su patria
cuando se vio en tus ojos nuevamente y tú me sonreías.
¿Era el Dios prometido? ¿O es Perseo que vuelve a mí
marcándome los rumbos que yo creí perdidos para siempre?
Y Pegaso en tu rostro descubría sus alas de cometa.
No era el sueño que un sueño a mi traía. Eras tú Rafael que de las
aguas de América emergías, todo magia y belleza,
todo poder y fuerza de elementos. Rodocrozita para ti Lazzini.
Bello Dios de una Arcadia que no ha muerto.
Y solo en ti me veo ya. Y todo es eso. Como el loto se abre
solitario así en tu boca me abro hacia el afuera.
Y estoy aquí otra vez. Es un destino cierto. Ya no esperaba.
Pero un relámpago alumbró tu imagen de Dios y de Hombre
y a mí mismo me vi otra vez, ya sumergido para siempre
y en mi propio elemento convertido.
Ya se nublan mis ojos donde antaño
florecían los dátiles silvestres y se abrían
las bayas o la entera floresta era la voz
secreta y silenciada de zafiros que brillan en el cielo.
Todo ha pasado ya. Ya todo está enterrado conmigo.
Soy sombra de mi sombra. Un caminante extraño
y un mendigo. Mas todo reunido en la memoria
"habla en voz baja y en secreto". Hay un zureo en
mí - digo presagios -, hago caer las lluvias,
y en esta noche clara donde mi ojos claman
por la luz arde el deseo.
¿Adónde el diamantino espejo, adónde?
Así hablaba callando cuando me vi en tus ojos
raudamente y en tu sonrisa sentí virar mi alma
como torna hacia aquellos espacios siempre abiertos.
Era yo el que miraba y a mí mismo veía en los tus ojos
calmos lagos y en tu sonrisa me vi otra vez, adolecido
de amor, desfalleciendo quedamente. ¿Cómo perderme ya
si de tus ojos mana mi imagen claramente? Eso es todo Rafael.
Jamás nadie en mundo, atónito volvió a su patria
cuando se vio en tus ojos nuevamente y tú me sonreías.
¿Era el Dios prometido? ¿O es Perseo que vuelve a mí
marcándome los rumbos que yo creí perdidos para siempre?
Y Pegaso en tu rostro descubría sus alas de cometa.
No era el sueño que un sueño a mi traía. Eras tú Rafael que de las
aguas de América emergías, todo magia y belleza,
todo poder y fuerza de elementos. Rodocrozita para ti Lazzini.
Bello Dios de una Arcadia que no ha muerto.
Y solo en ti me veo ya. Y todo es eso. Como el loto se abre
solitario así en tu boca me abro hacia el afuera.
Y estoy aquí otra vez. Es un destino cierto. Ya no esperaba.
Pero un relámpago alumbró tu imagen de Dios y de Hombre
y a mí mismo me vi otra vez, ya sumergido para siempre
y en mi propio elemento convertido.
Canto A Mí Mismo
A María Del Carmen Suárez.
-la hermana que Dionisos
me dio y fue promesa suya-
Me celebro y me canto a mí mismo cuando
la muerte me busca ya desde el pasado
para esparcir mis huesos hacia los broncos
vientos del futuro y entregado a mi Dios, oh Dionisos,
me celebre y le cante a los huesos y las cenizas que llevarán
las lluvias del estío hacia el dios Paraná que es nuestro río.
Nada rescataría el acto de haber nacido demasiado tarde para
los dioses y temprano para el “ser” que yo estoy siendo
esto que estoy soñando:
Estoy desnudo ahora. Desnudo soy solo carne y cuerpo…
Finitud y hambre de eternidad y celo eterno.
No otra cosa soy y no me moriré en Paris con aguacero
pues ya nada recuerdo y en esta “nada” un sol se abre para
mí como amapola del cuerpo tuyo aquel al que yo
consagré la eternidad de todo devenir y todo tiempo
que es sólo fábula para que con mis carnes aun en primavera
coronadas y olvidadas del canto que a mis húmeros
dispersos en el viento por los grises caminos
que la vida lanzó como áurea estela te saciaras el hambre
de dios y amante- que los rayos de luna- nunca jamás
tejidos por la araña de la repetición eterna hacia aquel renacer
del áureo beso que hacen uno del otro al mismo tiempo.
Todo permite entonces que a mí mismo me cante
y celebre al espectro que soy y al fuego que aún arde
en mis tobillos, al pabilo que alumbra tus bellos genitales
oh dios que todo lo procreas, aún la nada, esta que ahora soy
y auque me cante y me solace en esta soledad
- la séptima del día- dejarás en mi vientre
tu semilla de luz y la simiente del verbo donde engendré
la nada deste amor tan estéril como la vida misma
con que ahora corono mi camino, este canto a mí mismo,
este poema, mientras grises cenizas y húmeros macizos
se dispersan en el finito cetro de tu reino.
-la hermana que Dionisos
me dio y fue promesa suya-
Me celebro y me canto a mí mismo cuando
la muerte me busca ya desde el pasado
para esparcir mis huesos hacia los broncos
vientos del futuro y entregado a mi Dios, oh Dionisos,
me celebre y le cante a los huesos y las cenizas que llevarán
las lluvias del estío hacia el dios Paraná que es nuestro río.
Nada rescataría el acto de haber nacido demasiado tarde para
los dioses y temprano para el “ser” que yo estoy siendo
esto que estoy soñando:
Estoy desnudo ahora. Desnudo soy solo carne y cuerpo…
Finitud y hambre de eternidad y celo eterno.
No otra cosa soy y no me moriré en Paris con aguacero
pues ya nada recuerdo y en esta “nada” un sol se abre para
mí como amapola del cuerpo tuyo aquel al que yo
consagré la eternidad de todo devenir y todo tiempo
que es sólo fábula para que con mis carnes aun en primavera
coronadas y olvidadas del canto que a mis húmeros
dispersos en el viento por los grises caminos
que la vida lanzó como áurea estela te saciaras el hambre
de dios y amante- que los rayos de luna- nunca jamás
tejidos por la araña de la repetición eterna hacia aquel renacer
del áureo beso que hacen uno del otro al mismo tiempo.
Todo permite entonces que a mí mismo me cante
y celebre al espectro que soy y al fuego que aún arde
en mis tobillos, al pabilo que alumbra tus bellos genitales
oh dios que todo lo procreas, aún la nada, esta que ahora soy
y auque me cante y me solace en esta soledad
- la séptima del día- dejarás en mi vientre
tu semilla de luz y la simiente del verbo donde engendré
la nada deste amor tan estéril como la vida misma
con que ahora corono mi camino, este canto a mí mismo,
este poema, mientras grises cenizas y húmeros macizos
se dispersan en el finito cetro de tu reino.
Alberto Robredo
Embriaguez, soledad, igual delirio.
No eres Moisés y el niño abandonado
siente el frío de quien crea
como un pequeño Dios
a quien sus criaturas abandonan.
Y este es el infierno: pobreza y abandono.
la certidumbre de saber que nadie
sabe que existes. Ni hermanos ni familia
ni los amigos a quien diste tu corazón
entero sangrado de los sueños.
Sueños truncados e inflamados que
se apagan ahora con alcohol y gritos
de socorro y ya nadie lo advierte.
Eres un templo abandonado. Una capilla
en ruinas donde los apagados cirios
son los iconos desta tu soledad y tus martirios.
Pide disculpas si en locura
rompiste las imágenes guardadas
dentro de un corazón en el destierro.
Y eso es todo. ¿Como explicarlo sino
en algún poema? Ya nada esperas
y aún esperas. Tú no sabes rezar.
Y lejanos los días donde el sol esplendía
te quemas con la escarcha del invierno.
Tú eres el pasado y la memoria del pasado.
y un segundo fatal no consumado.
¿Ya lo entiendes Robredo?: Yo lloraba y reía,
no importaba nada salvo la música celeste
pues el que yo era y aquel -sombra fugaz
y sigilo– me abandonó hace tiempo.
El alcohol para quien a deriva e intemperie
monta la vida sin ser jinete es la errancia
sin fin sin casa ni deseos.
Eso fue todo y espero que comprendas.
durante largo tiempo yo te cargue
en mi alma y aún lo sigo haciendo.
Olvida pues que nada ha sucedido
en el desierto en que mi nombre es piedra.
No eres Moisés y el niño abandonado
siente el frío de quien crea
como un pequeño Dios
a quien sus criaturas abandonan.
Y este es el infierno: pobreza y abandono.
la certidumbre de saber que nadie
sabe que existes. Ni hermanos ni familia
ni los amigos a quien diste tu corazón
entero sangrado de los sueños.
Sueños truncados e inflamados que
se apagan ahora con alcohol y gritos
de socorro y ya nadie lo advierte.
Eres un templo abandonado. Una capilla
en ruinas donde los apagados cirios
son los iconos desta tu soledad y tus martirios.
Pide disculpas si en locura
rompiste las imágenes guardadas
dentro de un corazón en el destierro.
Y eso es todo. ¿Como explicarlo sino
en algún poema? Ya nada esperas
y aún esperas. Tú no sabes rezar.
Y lejanos los días donde el sol esplendía
te quemas con la escarcha del invierno.
Tú eres el pasado y la memoria del pasado.
y un segundo fatal no consumado.
¿Ya lo entiendes Robredo?: Yo lloraba y reía,
no importaba nada salvo la música celeste
pues el que yo era y aquel -sombra fugaz
y sigilo– me abandonó hace tiempo.
El alcohol para quien a deriva e intemperie
monta la vida sin ser jinete es la errancia
sin fin sin casa ni deseos.
Eso fue todo y espero que comprendas.
durante largo tiempo yo te cargue
en mi alma y aún lo sigo haciendo.
Olvida pues que nada ha sucedido
en el desierto en que mi nombre es piedra.
La Piel
A Marily Morales Segovia
No Johann. No es “gris el árbol de la ciencia
y verde el árbol de la vida”: aquello que se da
y florece conoce de la muerte la osadía de ser
un breve instante y en el amor bebe del cáliz de
la muerte como yo renazco del ocaso en la piel
usurpada del amante.
Quien conoce es el cuerpo.
Gramática del cuerpo del deseo y la magia de
poros abriéndose a la luz, al agua y a los rayos
que golpean las puertas de ser monadas
solo concientes de saberse ostras: es el viento
que nos lleva hacia el otro.
Los extraños camino y los acaecimientos
del azar quienes nos abren
a nosotros desnudos en el otro:
Oh fiestas del “candor”.
Oh turbulentas siestas del verano!
Oh deseos y goces, zureos de palomos en
vacíos alfeizares y la luz, la luz que tú pedías
en el cuerpo y las piernas del amado!
En el beso se enciende la amapola y
del conocimiento todo arde la vida que se extingue
en muerte para volver a sí "misma"
en "eterno retorno de lo mismo".
Es deseo de ser más ser
y más deseo: cuando el poro de la piel
se seca, cuando se seca el agua de la fuente,
cuando el poniente corre hacia los astros
hay vida todavía y habrá vida en esta
exangüe entrega de un cuerpo al otro
para hacerse uno.
La noche del invierno y el
poniente corren hacia las playas y mareas.
Allí duerme el delfín en la bahía. Y aquí en los
inmensos lagunares la garza blanca Milagrosamente
se posa en el lapacho florecido y la quietud es todo.
Reposar en el cuerpo del amante hombre-delfín,
águila y leopardo para heridos en lucha
renacer al espacio de lo “otro” que es un viento
inasible, un mano de espuma,
una dulce mirada que es entrega y libre donación,
que es interrogación, plegaria , y llamado a ser más
de lo que soy ahora que solo canto
y memorado digo lo que fui, lo que di,
dejándome fluir en esta líneas que son también deseo
y luces del conocimiento de la muerte.
Si me despido es porque se que estuve aquí
y en una extraña tarde no olvidada bajo un río de olvidos,
besé al amado en un extraño rito de iniciación
y entrega bajo el agua del río.
¡Ay! Y no ceso de crecer hacia lo hondo,
desde ese momento.
No Johann. No es “gris el árbol de la ciencia
y verde el árbol de la vida”: aquello que se da
y florece conoce de la muerte la osadía de ser
un breve instante y en el amor bebe del cáliz de
la muerte como yo renazco del ocaso en la piel
usurpada del amante.
Quien conoce es el cuerpo.
Gramática del cuerpo del deseo y la magia de
poros abriéndose a la luz, al agua y a los rayos
que golpean las puertas de ser monadas
solo concientes de saberse ostras: es el viento
que nos lleva hacia el otro.
Los extraños camino y los acaecimientos
del azar quienes nos abren
a nosotros desnudos en el otro:
Oh fiestas del “candor”.
Oh turbulentas siestas del verano!
Oh deseos y goces, zureos de palomos en
vacíos alfeizares y la luz, la luz que tú pedías
en el cuerpo y las piernas del amado!
En el beso se enciende la amapola y
del conocimiento todo arde la vida que se extingue
en muerte para volver a sí "misma"
en "eterno retorno de lo mismo".
Es deseo de ser más ser
y más deseo: cuando el poro de la piel
se seca, cuando se seca el agua de la fuente,
cuando el poniente corre hacia los astros
hay vida todavía y habrá vida en esta
exangüe entrega de un cuerpo al otro
para hacerse uno.
La noche del invierno y el
poniente corren hacia las playas y mareas.
Allí duerme el delfín en la bahía. Y aquí en los
inmensos lagunares la garza blanca Milagrosamente
se posa en el lapacho florecido y la quietud es todo.
Reposar en el cuerpo del amante hombre-delfín,
águila y leopardo para heridos en lucha
renacer al espacio de lo “otro” que es un viento
inasible, un mano de espuma,
una dulce mirada que es entrega y libre donación,
que es interrogación, plegaria , y llamado a ser más
de lo que soy ahora que solo canto
y memorado digo lo que fui, lo que di,
dejándome fluir en esta líneas que son también deseo
y luces del conocimiento de la muerte.
Si me despido es porque se que estuve aquí
y en una extraña tarde no olvidada bajo un río de olvidos,
besé al amado en un extraño rito de iniciación
y entrega bajo el agua del río.
¡Ay! Y no ceso de crecer hacia lo hondo,
desde ese momento.
Así de
a Milagro Haack
Así titiláis vosotros bajo un límpido
cielo y sois estío, agua y deseo
como estrellas de galaxias lejanas
hermosos como la mar desnudos
como hijos de Adán sin pecado ninguno
y deste modo deberíais andar
por las calles y campos sin temblores
ni asilos, mostrándoos al mundo
para que este se goce en el deseo
de vuestros cuerpos Adonais de todas
las épocas y edades: Os miro ya
desde lejos y a mi memoria acuden
las horas en que mis manos acariciaron
vuestros cuerpos, sudorosos espasmos,
bellos, bellos como un rubí
en la frente en un Dios y un río de
cristalinas aguas y yo también temblaba
y oraba frente a vosotros pequeños
dioses parados frente a mí,
y yo abrazado a vuestros cuerpos
perfectos como la primavera
hoy y siempre: bebe el deseo de
vuestras briosas fuentes
y los miembros de vuestros cuerpos
donde se gozan labios y manos
y el alma toda se enciende de deseos
para ya no apagarse
lejanos éxtasis ahora pero aquí
junto a mí reverdecidos
en mi memoria crecéis como el álamo
airoso en el aire más puro
aquel que da la vida y el instante
del goce eterno
que vuelve eternamente sobre sí.
Así titiláis vosotros bajo un límpido
cielo y sois estío, agua y deseo
como estrellas de galaxias lejanas
hermosos como la mar desnudos
como hijos de Adán sin pecado ninguno
y deste modo deberíais andar
por las calles y campos sin temblores
ni asilos, mostrándoos al mundo
para que este se goce en el deseo
de vuestros cuerpos Adonais de todas
las épocas y edades: Os miro ya
desde lejos y a mi memoria acuden
las horas en que mis manos acariciaron
vuestros cuerpos, sudorosos espasmos,
bellos, bellos como un rubí
en la frente en un Dios y un río de
cristalinas aguas y yo también temblaba
y oraba frente a vosotros pequeños
dioses parados frente a mí,
y yo abrazado a vuestros cuerpos
perfectos como la primavera
hoy y siempre: bebe el deseo de
vuestras briosas fuentes
y los miembros de vuestros cuerpos
donde se gozan labios y manos
y el alma toda se enciende de deseos
para ya no apagarse
lejanos éxtasis ahora pero aquí
junto a mí reverdecidos
en mi memoria crecéis como el álamo
airoso en el aire más puro
aquel que da la vida y el instante
del goce eterno
que vuelve eternamente sobre sí.
Juliano López, un Rey de Reyes
Abres toda la magia deste mundo
que cabe en tu sonrisa
y en tu cuerpo donde almendros
florecen y a la sombra de tus muslos
perfectos cobran formas
los deseos que llevan a los sueños,
donde caben las magias
y los duendes que hacen del mundo
eterna primavera y al Olimpo
liberan de tormentos.
Y tú prodigas goces joven Hermes.
Tu Juliano detienes todo tiempo.
Y en la inocencia del ludribio caben
todos los cielos y todos los infiernos.
Eres la mar, el bosque y la pradera.
Eres la piedra eterna y su armonía.
Eres la Luz que alumbra sin cegarnos
y el don de infinitud y tiempo.
Juliano que inauguras los oros
de otros tiempos que en tu boca
se abren para siempre y todas las
derrotas son posibles.
Ante el viento
tenaz de tu osadía cae Troya
Juliano y se abren arcos que presagian
eras donde Eros retorna
y en sus alas trae mundos
aromas y medidas que solo tú
podrían retener junto a tu lado
y el dulce néctar, el vino que los
Dioses liban y hacen del sueño mortal
perfecta epifanía.
Juliano: abre tu boca fanal de los fanales.
Allí todo panal cabe y toda la hidromiel
del mundo sueña que el mundo tiene
la forma de tu cuerpo.
que cabe en tu sonrisa
y en tu cuerpo donde almendros
florecen y a la sombra de tus muslos
perfectos cobran formas
los deseos que llevan a los sueños,
donde caben las magias
y los duendes que hacen del mundo
eterna primavera y al Olimpo
liberan de tormentos.
Y tú prodigas goces joven Hermes.
Tu Juliano detienes todo tiempo.
Y en la inocencia del ludribio caben
todos los cielos y todos los infiernos.
Eres la mar, el bosque y la pradera.
Eres la piedra eterna y su armonía.
Eres la Luz que alumbra sin cegarnos
y el don de infinitud y tiempo.
Juliano que inauguras los oros
de otros tiempos que en tu boca
se abren para siempre y todas las
derrotas son posibles.
Ante el viento
tenaz de tu osadía cae Troya
Juliano y se abren arcos que presagian
eras donde Eros retorna
y en sus alas trae mundos
aromas y medidas que solo tú
podrían retener junto a tu lado
y el dulce néctar, el vino que los
Dioses liban y hacen del sueño mortal
perfecta epifanía.
Juliano: abre tu boca fanal de los fanales.
Allí todo panal cabe y toda la hidromiel
del mundo sueña que el mundo tiene
la forma de tu cuerpo.
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Acerca del autor
Biobibliografía
Infancia de pueblo (Loreto) entre inmensos y salvajes esteros , llanurales, lagunares de aguas dulces y calmas, allí donde se escribió la historia de la Corrientes histórica. Juventud afiebrada de los años sesenta en la Ciudad Capital de la Provincia. Desde los diez y ocho años, crítico de cine del Diario El Litoral. A los veintiún años Director y Fundador de la Revista Literaria "Signos" y luego ya Director del Suplemento Literario del Diario Época. En 1977 publica su primer libro considerado como un libro de madurez: "Senderos en el Bosque" (Torres Agüero Editor ) .
Su formación estrictamente autododidacta, se nutre tanto de las grandes corrientes del pensamiento especulativo Occidental como Oriental, como de las estéticas de todos los tiempos.
Aunque se lo consideró surrealista, esotérico, barróco, neo-romántico, haciendo una evaluación de su extensa obra poética y ensayística, habría que decir, con Horacio Armani, que su experiencia ha sido y es una experiencia solitaria, dentro del panorama de la poesía argentina de la últimas décadas.
Según Abel Posse su voz alcanza las cimas de Lugones y del Neruda de "Las
Alturas del Machu Pichu". Ha sido traducido al Francés, Inglés, Alemán, Portugués, Italiano, Indhi, Guaraní, Catalán y Gallego, e integra numerosas Antologías de Poesía editadas dentro y fuera del país.